¿Qué es una Auditoría Retributiva?
Una auditoría retributiva es un análisis, llevado a cabo por expertos, que permite saber si una empresa cumple con el principio de igualdad salarial entre hombres y mujeres, evitando la desigualdad de género y la brecha salarial.
Con esta auditoría podemos obtener un diagnóstico de la situación, en cada uno de los departamentos o áreas de trabajo y establecer un plan de actuación con medidas concretas para fomentar la igualdad.
Todo ello establecido en el Real Decreto 902/2020, de 13 de octubre, de igualdad retributiva entre mujeres y hombres.
Auditoría Retributiva incluye:
Una valoración de puestos de trabajo mediante un sistema de puntos.
Deficiencias en la conciliación y dificultades de promoción profesional o económica.
Plan de actuación contra esas deficiencias y dificultades detectadas.
Registro Retributivo incluye:
Salarios medios.
Extras que cobre la plantilla.
Datos segregados por sexo.
Obligatoriedad y sanciones de la Auditoría Retributiva
Las auditorías retributivas deben incluirse en los planes de igualdad, por lo que son obligatorias para empresas con más de 50 personas trabajadoras.
La vigencia de una auditoría retributiva está directamente ligada a la vigencia del Plan de Igualdad del que forma parte.
De no hacerla, la empresa se expone a pérdidas de ayudas y bonificaciones, así como sanciones económicas de distinta gravedad:
Pasos para llevar a cabo una Auditoría Retributiva
Tipos de Auditorías Retributivas
Auditoría Retributiva Interna:
La realiza la propia empresa, a través del departamento de Recursos Humanos. Éste deberá recopilar y analizar la información según un sistema de valoración de sus puestos de trabajo y las diferencias salariales, con el fin de emitir un informe con las desigualdades detectadas.
Auditoría Retributiva Externa:
En ella será una consultora externa especializada en Igualdad, como Ingertec, quien se encarga de analizar los datos para asegurar la igualdad salarial entre hombres y mujeres.
Realiza una valoración de los puestos de trabajo y establece un plan de actuación para corregir las posibles desigualdades.
Además, de cara a próximas auditorías, realizará un seguimiento de las necesidades para corroborar que se han solventado.
Las auditorías externas han de realizarse cada tres años.

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